miércoles, 23 de febrero de 2022

lunes, 21 de febrero de 2022

viernes, 18 de febrero de 2022

Un par de sugerencias literarias.

Aquí dejo dos libros que estoy leyendo en este momento. Ambos recomendables, dos novelas que cuentan experiencias propias que de alguna manera han influido en los autores.

El colgajo. Philippe Lançon. Editorial Anagrama. 2018.


Leyendo el diario El Mundo hace tres años, (lo acabo de revisar y fue en septiembre de 2019) apareció una entrevista con el periodista Philippe Lançon, el autor de esta novela. O más bien, el relato intimista y real de una experiencia que cambió su vida. También el antes y el después, y su transformación posterior como persona, como ser humano. Se trata del atentado contra el semanario francés Charlie Hebdo de 2015, que conmocionó a toda Europa. Philippe Lançon fue unos de los supervivientes de la atroz masacre, aunque claro está, con unas terribles consecuencias físicas y psicológicas que relata maravillosamente en el libro.

Recuerdo que junto a la entrevista, en las páginas del periódic, se podía leer intégramente la mitad de un capítulo del libro. Me gustó tanto su lectura que me dije que le compraría en cuanto pudiera. Luego lo olvidé, como tantas cosas se me olvidan. Pero hace unas semanas no sé porque motivo lo recordé de nuevo y decidí comprarla en formato digital. Ya he empezado a leerla, y aunque aún esta en su cuarta parte, me parece tan recomendable, por lo que cuenta, y por como lo cuenta, que he decidido reseñarlo (al igual que he hecho en la segunda recomendación). Prosa bella y lírica, una historia para darnos a pensar sobre la vida, lo frágil de ésta y muchas otras cosas importantes.






Buena Mar. Antonio Lucas. Editorial Alfaguara. 2021.


Primera novela del periodista y poeta Antonio Lucas. A Lucas lo “conocí” como columnista de El Mundo hará unos cinco años, y desde entonces se convirtió en mi columnista de cabecera, no me perdía ninguna de sus columnas. Su estilo poético (poeta además de periodista) y la vez crítico, me fascinó desde el primer momento. Con el comienzo de la pandemia dejé de leer cualquier periódico porque era una costumbre que hacía en una cafetería (café matinal + periódico) y tuve que dejar de hacer, así que le tenía perdida la pista hasta mi reeecuentro con esta novela. Por lo leído hasta ahora, en esta ópera prima narrativa emplea una prosa igualmente bella y lírica, sin empalago, con una capacidad descriptiva y expresiva fascinante. No se quién dijo que los poetas escriben la mejor prosa, pero leyendo a este autor nadie osaría decir lo contrario. Solamente por su estilo merece la pena leerla, pero su contenido, es tanto o más recomendable. La historia esta basada en un hecho real, en su experiencia personal en ese barco, donde estuvo pasando unas semanas en Gran Sol, un peligroso caladero del Atlántico Norte al oeste de las islas británicas. Allí faenan los pescadores más osados, marineros que viven 10 meses al año en inhóspitos mares, a la búsqueda de grandes alijos de pescado. Todo esa lo relataría en un reportaje de varios capítulos publicado en El Mundo, que leí entero. Al parecer le impresionó tanto la experiencia, aquellos marineros aparentemente pétreos como la roca, esos hombres revestidos de unos códigos éticos tan férreos, expuestos a una forma de vida tan áspera y peligrosa como mal pagada y escasa de reconocimiento, que decidió como homenaje escribir este libro.


Como curiosidad, al día siguiente de comenzar a leer la novela, hace unos días, se dio la noticia del desgraciado hundimiento del pesquero gallego Villa de Pitanxo en Canadá, con más de 9 muertos, 3 rescatados y 12 desaparecidos, según últimas noticias. Eso me impresionó, lo mismo que el hecho de que la periodista que daba la noticia hablara de esta novela de Lucas en referencia al barco gallego (la de esta novela es también un pesquero gallego real, no ése, pero real) desaparecido.