miércoles, 24 de enero de 2024

Agelasto (impresiones y correcciones)

Aquí tengo una muestra impresa de la novela AGELASTO (con esa portada y contraportada creadas a vuela pluma) a un tamaño de 13,5 x 20,5, versión compacta. Como se puede apreciar es finita, apenas 150 páginas, que, en comparación a La sonrisa de Klara se queda en nada y se lee en dos ratitos (aunque no es una novela fácil, porque es cero por ciento comercial, como no podría ser menos, a mí comercial no me sale nada). Se trata de una novela que podríamos encuadrar dentro de un género llamemóslo existencialista (y) de ciencia ficción

Aprovechando para realizar las últimas correciones directamente a lápiz en esta versión impresa en una terraza soleada (a ver si se mantiene este sol unos días) con un café hirviendo, para luego pasarlas a la versión digital.  













lunes, 15 de enero de 2024

Agelasto. Novela corta. Mi segunda novela.

Mitad de enero y el invierno transcurre sin estornudar. Mi hermana pequeña y mi cuñado han pillado (o les ha pillado él) el Covid la semana pasada. Al parecer él ha pasado dos días malos sin poder coger el taxi y ella, aunque ha ido a trabajar esta semana pasada a su tienda de zapatos, lo ha pasado mal. Por suerte va todo bien. Yo de momento ni gripe ni Covid, estamos pasando una epidemia fuerte por aquí, así que no se puede descartar nada, aunque ya me tocó el año pasado y creo que ya tengo bastantes problemas de salud encima, casi dos años sin descanso. No quiero más, please. Primero al menos curar los que tengo si es posible o al menos que terminen dando con lo que padezco, que por extraño que suene aún no lo sé tras haber pasado por el microscopio de toda clase de especialistas públicos y privados. Pendiente aún de resonancias magnéticas (espalda, lumbar y craneal), y a lo mejor una angiografía. De momento he comenzado a realizar ejercicios paravertebrales por mi cuenta desde antes de Reyes, y tengo intención de apuntarme a un centro de rehabilitación esta semana, ya que llevo esperando siete meses a que me llamen de rehabilitación en la Seg. Social, y para algo que nada tiene que ver con mi dolencia, lesión o enfermedad. Sí no funciona me haré la resonancia cráneal en un privado para descartar cosas realmente serias, según me recomendó un neurocirujano privado. Estoy algo preocupado, no es para menos.

Lloradas las penas sin pan voy a dejar aquí una cosita. Son la portada y la contraportada (esta última con su sinopsis incluida) de una pequeña novelita que he escrito en algunos ratos durante los últimos no sé, tres o cuatro meses. Entre medias estoy/estaba (ya no lo sé porque no puedo escribir bien) desde hace bastante más tiempo, escribiendo dos novelas largas: una, la segunda parte de La sonrisa de Klara, de la cual tengo un montón de trabajo hecho ya que la inicié mientras escribía la primera parte (estuve escribiendo las dos a la vez y tuve que aparcar una), y que he tenido que aplazar en varias ocasiones, y otra sobre Julia, una mujer de mediana edad (56 años) que trabaja en la biblioteca pública de Gerasa, su ciudad de nacimiento, y que debido a un suceso luctuoso ocurrido meses atrás termina viajando a un curioso pueblo acompañada de su perrita Témpora. Allí, paseando por una playa cercana -y ante su total asombro-, se topa entre palmeras un edificio blanco de dos o tres plantas cuyo cartel dice "Sanatorio espiritual". A partir de ahí indagaremos en la psicología de esta mujer y el terrible trauma que arrastra desde su infancia y ha olvidado, aparte de conocer a personajes de lo más extravagantes como el alcalde Troski, el doctor Yoshimoto, el bibliotecario del pueblo Adolfo Ruifáchez, Adriana, la cocinera sordomuda del hostal donde se hospeda, o Konstantios Nikolaidis, un vendedor de marionetas griego, además de muchos de los pacientes con los que encontrará en ese extraño sanatorio. 

Ninguna de las novelas tiene un título definitivo, pero si tengo idea de subir durante este año algunos episodios de la segunda parte de La sonrisa de Klara (que es una historia independiente a la primera, ya que está ambientada once o doce años después ésta, pero en la cual salen algunos de sus personajes principales y se rememoran tiempos pasados también) e incluso de la otra novela también, siempre y cuando las cosas vayan más o menos bien, que mi salud vaya adelante y todo eso. 

Y dicho todo esto vamos con la novela.

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Agelasto, que así se llama esta novela corta, en un principio no era sino un pequeño relato que estaba escribiendo cuando dejé aparcadas las dos novelas comentadas (en realidad también estaba escribiendo otro relato que tengo por ahí a medias). En cierto momento decidí terminarlo y entonces fue ampliándose hasta acabar convirtiéndose en esta nouevelle o novela corta de apenas 150 páginas (poco más de 36.000 palabras.), de la cual subiré algo también. Es una novelita de corte existencial que puedo decir ya que, inesperadamente, se ha convertido en mi segunda novela.

Sinopsis: Un hombre de mediana edad se encuentra confinado desde hace varias semanas en su piso de un barrio de extrarradio a causa de una pandemia. A partir de ahí nos iremos adentrando junto al personaje en un mundo crepuscular, que irá gravitando entre lo real y lo onírico lo neurótico y lo fantástico, con supuestos parricidios en masa, teorías conspiranoicas recorriendo las redes, sueños angustiosos y una invasión de gaviotas hambrientas que atacan a los seres humanos. Todo ello en un barrio que se va a convertir de la noche a la mañana en un inmenso vertedero debido a la aparición de unos extraños camiones negros que irán apilando montañas de desperdicios en las aceras.