miércoles, 10 de diciembre de 2025

ROBE INIESTA (1962-2025), UN ALMA LIBRE. D. E. P.

Esta mañana me levanté, nos levantamos muchos, con la noticia del inesperado y tristísimo fallecimiento de Robe Iniesta con apenas 63 años, una edad relativamente joven en nuestra época para dejarnos huérfanos. Sí, la vida a veces es una puta mierda, ya lo sabemos, pero eso no significa que uno deba de aceptar las cosas tal cual.  Ayer mismo, sin ir más lejos, había fallecido también Jorge Martinez, lider de la banda los Ilegales, a los 70 años de edad, aunque yo de los Ilegales poco, en todo caso, Joaquín Sabina que, sorprendentemente, va a sobrevivirlos a todos. 

Robe Iniesta fue un librepensador, un poeta maldito (como lo fue Baudelaire), un artista lúcido pero imprevisible, un genio preclaro e intuitivo (pues es desde la intuición desde donde un poeta capta el instante inmediato de la vida), un filósofo moderno (sin caer nunca en la mediocre posmodernidad que nos rodea), que destilaba una sensibilidad fuera de lo común. Sabedor de esto creó una banda inmortal, y luego decidió ser inmortal él mismo. No soy dado a la mitomanía, pero hablamos de alguien que dio mucho más de lo que recibió, y que miraba desde arriba.

su capacidad como letrista, su expresión poética, su sensibilidad intuitiva están o han estado al alcance de muy pocos. 

Robe fue un hombre en pecado de vivir sin pecado mortal, un ser que vislumbraba por las capas más profundas del sentimiento para que almas cómplices en la sombra que no aceptan una realidad tan sórdida, tan desesperadamente superficial y hedonista, tan ausente de afectos y amor real como esta que acontece en un siglo terriblemente desolador a nivel humanístico, cultural, y sobre todo afectivo, se movilicen sobre sus propios pasos. El ciudadano occidental se descompone por sí mismo, sin ayudas externas, en cercanías lejanas y lejanías cercanas, y la consecuencia es una epidemia de soledades e incomprensiones donde nadie parece conocer a nadie. Hace mucho tiempo que esta sociedad lleva la senda del sinsentido.

¿Hacia dónde vamos, Robe?  Hacia dónde.

Dicho esto dejo este tema suyo, "4º movimiento: La realidad", perteneciente al disco La ley innata (2008), que he vuelto a escuchar después de bastantes años y me ha removido por dentro de la misma manera. Este disco fue sin duda el que a nivel emocional más huella me dejó, con diferencia, de Extremoduro (y Robe). Por circunstancias, por lo que me evocaba (estas cosas siempre son así), por el momento en que apareció el disco y la canción, un poco como si hubiera sido fabricada a la medida de mi momento personal en aquel tiempo. Junto a joyas como "1er movimiento: El sueño", "2º movimiento: Lo de fuera" (pelos de punta),  "3er movimiento: Lo de dentro", "Dulce introducción al caos", o "Coda Flamenca", temazos de este disco, realmente inconmensurable. Recuerdo bien escuchar esta canción, esa melodía, los violines, la sensibilidad de la letra, la melancolía de su voz aguda, mis auriculares puestos, muchas veces en infinidad de paseos solitarios en las calles de Santander; yo era más joven, demasiado ingenuo, un poco idiota (eso no se pierde nunca), echando de menos a una chica barcelonesa a la que quise más que a ninguna otra, y cuya amistad nunca fui capaz de recuperar a pesar de todo. Y es que esa realidad extraña que nos rodea, que nos araña, que nos malentiende, también nos separa de las personas que más apreciamos. 

Robe Iniesta, allá donde estés, D. E. P.  ... Y G-R-A-C-I-A.S