sábado, 31 de mayo de 2025

Escena Agelasto: La habitación de Leire

Continúando con el universo Agelasto, aquí tenemos una imagen de la novela, analizada, con parte del fragmento original. 

Título:

La habitación de Leire


Descripción visual:

Una habitación húmeda y pobremente iluminada, con manchas en el techo y una cortina deshilachada que apenas filtra la luz grisácea del exterior. En el suelo, apoyada contra la pared, una mujer pelirroja, ojerosa, semiconsciente, abraza a dos niños pequeños. Ambos visten ropa sucia y lloran desconsolados.
A pocos metros de ellos, un hombre de rostro sombreado sostiene un jarrón de cristal vacío. Su figura parece congelada entre la confusión, la culpa y la violencia recién desatada. Al fondo, en la penumbra del pasillo, se adivina el cuerpo caído del agresor.


Fragmento del texto original:

“Los veo al entrar, de pie, arrinconados detrás de una cama de matrimonio, pegados a una cortina. […] Leire yace en la moqueta, está de lado y con la cara hinchada. […] Cojo entre las manos un jarrón de cristal lleno de agua y vuelvo a la habitación, donde arrojo el contenido sobre su cabeza. […] La mujer reacciona, abre los ojos con suavidad. Para mí sorpresa está viva. Los niños corren hacia ella y se arrojan en sus brazos, gritando mamá, mamá, dos ecos dobles.”


Función simbólica y narrativa:

La escena representa el único momento de auténtica acción ética del protagonista. No se mueve por ideología, ni por deseo, ni siquiera por redención personal. Solo reacciona ante lo irreparable: la posibilidad de que dos niños sean asesinados.
Leire, reflejo distorsionado de Diana, cataliza una memoria emocional dormida, y su agresión reactiva algo que parecía muerto.
Esta escena no trata del heroísmo: trata del límite. Del umbral donde el cuerpo y la historia estallan. El personaje actúa sin comprender, guiado por una brújula rota cuyo único norte es el dolor de los inocentes.



martes, 27 de mayo de 2025

Elementos de Agelasto: La cabina de eutanasia.

En Agelasto se mercadea con la muerte y el miedo. 

La cabina de eutanasia con pantalla personalizada (Imagen visual del episodio La farmacia)

Una cabina futurista, blanca y reluciente como una cápsula de escape, se alza en el interior de una sala clínica con estética minimalista. En su interior, una figura humana reposa inmóvil, observando una pantalla donde se proyectan imágenes personales: recuerdos editados, selfies felices, vídeos de familia. Todo está impregnado de una calma anestesiada, como un spa de despedida. En la pared, un cartel publicitario reza: “Despídete con estilo. Rememora lo mejor. Termina sin dolor.”

Fragmento del texto original:

“Para ello tenemos nuestras cabinas especiales de porcelana y pantalla de vidrio, con series de televisión a la carta para esos últimos momentos que te harán partirte de risa, o un resumen de tu vida extraído de tu biografía personal de Facebook…”


Ironía higiénica para un suicidio de lujo. El horror del confort en la era posthumana.


¡La muerte puede ser muy divertida!






lunes, 26 de mayo de 2025

Personajes secundarios o clave de Agelasto (IV). Moira, la cajera de supermercado.

         Moira.

    (el dolor espiritual, la pérdida del hijo, la ouija)

    La madre espiritista. Madre solitaria, espiritista amateur y trabajadora precaria. Moira atiende una caja registradora en el supermercado, pero su vida real ocurre en casa: un altar doméstico levantado en torno a la muerte de su hija, cuya causa es incierta —¿accidente?, ¿asesinato?, ¿culpa propia?—. En medio del duelo, practica sesiones de ouija, rodea de velas una fotografía, interroga al vacío con una fe desesperada. En su episodio —uno de los más intensos de la novela— Moira entra en trance, habla lenguas antiguas, adopta posturas convulsas, implosiona. Su dolor trastoca al protagonista, lo enfrenta a lo irreparable. Ella representa la grieta por donde se cuela lo sobrenatural: no como fenómeno fantástico, sino como necesidad humana de sentido ante lo insoportable.

    Moira canaliza el núcleo emocional y simbólico del relato. Introduce el duelo extremo como límite de lo racional, y conecta lo íntimo con lo trascendente.





domingo, 25 de mayo de 2025

AFINIDADES LITERARIAS DE AGELASTO.



EL CUARTETO DEL VACÍO EXISTENCIAL Y LA CRÍTICA A LAS SOCIEDADES MODERNAS

AGELASTO, bien puede encuadrarse con estas tres obras, así como con otras como "El túnel" de Sabato, "El solitario" de Ionesco, o "La náusea" de Sartre.

AFINIDADES LITERARIAS de Agelasto
(Agelasto, Ampliación del campo de batalla, American Psycho, El extranjero)
Referencias literarias y afinidades filosóficas
Agelasto se inscribe en una tradición de narrativa existencial y nihilista que, desde el siglo XX hasta nuestros días, ha explorado la fractura entre el individuo y un mundo que ya no ofrece sentido. La novela dialoga con obras clave que comparten esa mirada desencantada, introspectiva y radical sobre la condición humana:
Albert Camus — El extranjero.
Como Meursault, el protagonista de Agelasto habita la vida con desapego. No hay afectación, solo observación cruda del absurdo cotidiano. Sin embargo, mientras Camus plantea una aceptación serena de lo absurdo, Agelasto explora su deriva psíquica y simbólica: un presente en ruinas donde el silencio ya no es lucidez, sino síntomas de algo más profundo y descompuesto.
Michel Houellebecq — Ampliación del campo de batalla:
Ambas obras comparten una sensibilidad extrema hacia el colapso emocional del hombre contemporáneo. El protagonista de Agelasto, como el de Houellebecq, es un testigo pasivo, en guerra con una sociedad que ha vaciado de sentido el deseo, el afecto y la pertenencia. Pero Agelasto va más allá: introduce una dimensión simbólica, onírica y perturbadora que transforma el malestar en alegoría.
Bret Easton Ellis — American Psycho:
Si bien Agelasto carece del sarcasmo brutal de Ellis, ambos relatos se estructuran desde una conciencia escindida que describe lo monstruoso con una distancia clínica. La violencia no es espectáculo, sino síntoma. Y lo cotidiano, en su repetición absurda, funciona como ritual de una sociedad psicotizada. El cuchillo del protagonista no es tan distinto del de Patrick Bateman: ambos son herramientas de una lógica enferma.

Conclusión:
La originalidad de Agelasto radica en su capacidad para metabolizar estos referentes y transformarlos en una experiencia propia, situada en un entorno ibérico, afectado por el colapso simbólico, no solo sanitario. Una fábula oscura para una época sin relatos fundadores.




Personajes secundarios o clave de Agelasto (III). Caroline.

Caroline

(madre joven, sensualidad, supervivencia, verdad desgarrada, espiritualidad de periferia)

Figura ambigua y fascinante. Joven madre soltera, atrapada en un barrio marginal, sin más armas que su cuerpo, su inteligencia emocional y su desesperación. Caroline es una superviviente que utiliza estrategias insólitas para conseguir dinero y atención: deja a su bebé en una secadora para simular un abandono y chantajear —o conmover— a los hombres que lo “rescatan”. No es víctima ni verdugo. Es muchas cosas a la vez: prostituta ocasional, filósofa sin academia, criatura rota por la vida, y espíritu alternativo que enciende incienso, colecciona figuras budistas de bazar y mezcla el tarot con consejos emocionales que parecen salidos de un libro de autoayuda subrayado.

Su piso, pequeño y opresivo, es una mezcla de desorden doméstico, olor a sándalo barato, libros subrayados y biberones vacíos. Caroline fuma con una tristeza alegre, baila entre la precariedad como si la vida no doliera tanto y mira al protagonista con una mezcla de burla, deseo y compasión. Habla con franqueza, se exhibe sin pudor, pero también esconde una densidad emocional que desarma.

El episodio con Caroline es uno de los más densos en términos de crítica social, tensión erótica y pulsión de verdad. Su presencia abre un resquicio de ternura desesperada, pero también una incómoda verdad sobre las formas contemporáneas del abandono y del amor transaccional.

Elemento simbólico: el libro de su padre, Vehículos del vacío, conecta su historia personal con los ejes filosóficos de la novela, como una transmisión interrumpida entre generaciones perdidas.



sábado, 24 de mayo de 2025

Personajes secundarios de Agelasto (II). El mendigo.

 PERSONAJES SECUNDARIOS Y CLAVE DE AGELASTO (II). El mendigo.

Una figura muda, aparentemente irrelevante, que surge en varias escenas como una presencia inquietante. Acompañado siempre de su perro esquelético y ciego, observa, se cruza, permanece. Solo en el epílogo se revela su verdadero papel. Este personaje encarna la conciencia subterránea del relato, el recordatorio de que siempre hay alguien que ve, incluso cuando creemos estar solos. Simboliza lo marginal, lo invisible, pero también el juicio último: la mirada del otro.



Personajes secundarios de Agelasto (I). El hombre del supermercado (¿asesino de niños?).

PERSONAJES SECUNDARIOS DE AGELASTO (I). Este personaje (o presencia, pues no le veremos hablar en sus breves pero rotundas apariciones), es el que hará que el protagonista principal de esta novela cambie la forma -pasiva hasta ese momento al presente inmediato- de observador de la decadencia y el horror del mundo, a convertirse en parte activa de este. 

El hombre del supermercado

Una figura sombría entre la rutina y el horror. Figura sombría y perturbadora que el protagonista sigue hasta un cobertizo en las afueras, donde lo sorprende asesinando a su propio hijo. Su presencia encarna la degradación moral extrema en un mundo en ruinas. Más que un personaje, es un símbolo del colapso del instinto protector. En el epílogo, reaparece —posiblemente— como un carnicero con el cuello vendado, lo que sugiere que ha sobrevivido y se ha ocultado bajo otra identidad. Representa el horror disfrazado de rutina.




lunes, 12 de mayo de 2025

12 de mayo. Día mundial de la fibromialgia y el síndrome de fatiga crónica.

Hoy al parecer -y me he enterado hace apenas unos minutos-, se celebra el Día Mundial de la fibromialgia. No está de más recordar un poco esta invisible enfermedad, y el como la etapa Covid-19 desencadenó con fuerza los síntomas en muchas personas (en mi caso probablemente ya la tenía desarrollada desde hacía bastantes años pero no de manera significativa, con escasos síntomas, como dolores periódicos que podía achacar a artrosis u otros problemas menores). Desde mi experiencia personal puedo testimoniar que, aparte de ser muy limitante, es muy desesperanzadora. Y que tardé más de dos años en descubrirla, tras decenas de pruebas médicas, innumerables desencuentros con toda clase de profesionales de la S.S, y una cantidad importante de dinero gastado en médicos privados, por no decir de pasar muy malos momentos por la polisintomatología. De cualquier modo, reconozco que nunca pensé que padeciera esta enfermedad, hasta que el reumatólogo, el último de los especialistas a los que acudí (cuando estaba ya a punto de tirar la toalla), me llevó por el camino correcto.   

El diagnóstico de síndrome fibromiálgico constituye un reto, entre otras cosas por la ausencia de marcadores de laboratorio que pudieran confirmar o refutar su presencia. Habitualmente, son pacientes con múltiples síntomas, variables en el tiempo en calidad y en  intensidad, incluso con dificultad para  pormenorizar sus quejas, y que se sienten abrumados; personas con angustia significativa, con dolores en múltiples regiones del cuerpo y tratamientos ineficaces para ellos (“nada funciona”), fatiga discapacitante y multifacética,  hipersensibilidades, alteraciones del sueño, y otras manifestaciones clínicas que menoscaban su calidad de vida. A pesar de los avances en su comprensión, estas patologías continúan siendo subdiagnosticadas y diagnosticadas tarde.

"La pandemia que nos afectó desde marzo de 2020 vino a complicar la situación de las personas que sufren síndromes de fatiga crónica,  fibromiálgico, de dolor centralizado, y sensibilización central.  La carga de estrés en condiciones  “de pandemia”,  las dificultades para acceder a los servicios de salud, los cambios en el cumplimiento del ejercicio físico, las variaciones en los programas de fisioterapia y las condiciones de trabajo remoto tuvieron un impacto en los pacientes. El fenotipo clínico de síndrome post-COVID comparte múltiples similitudes con los síndromes fibromiálgico y de fatiga crónica; un diagnóstico comórbido de síndrome post-COVID-19 puede suponer un impacto elevado de los síntomas y la gravedad de la enfermedad de base. Vías neuroinflamatorias, neuroplasticidad en el sistema nervioso central, y cambios en el sistema nervioso autónomo parecen inducir la aparición de síntomas relacionados y compartidos en estos síndromes. Son necesarios estudios futuros que acoten características diferenciales  y similitudes en estos procesos.

Hoy en día, es irrebatible la necesidad de atención integral de las personas que soportan síndromes de dolor generalizado y de fatiga crónica. En cada paciente, y dependiendo de la severidad clínica en cada momento, se debe considerar un programa de tratamiento individualizado y multidisciplinario. Un enfoque inicial de atención integral de estas enfermedades crónicas engloba: educación del paciente y terapia cognitiva-conductual, considerar y tratar comorbilidades, programa de ejercicios, y tratamiento farmacológico."





jueves, 1 de mayo de 2025

Audio de 17 minutos de Agelasto.

Aquí dejo un audio de prueba de 17 minutos de Agelasto, compuesto por un fragmento de uno de sus episodios.